jueves, 5 de febrero de 2009

Chapter I : The Viscountess`s Darkest thoughts...

Octubre 12 1868

-Adelaide!!! Arregla a tu hija!. Tenemos visitas!

-De que hablas , Peyton?

-Que arregles a Josephine que tenemos ilustres visitas

-Como quienes?.- contesto altiva Mrs Olivia

-El principe de Gales....- susurro con la garganta apretada

La mujer palidecio...Si bien "Bertie" era un habitue de las tertulias de los Amberson, la mujer siempre se ponia nerviosa con los preparativos de la cena.

-Por que no me has avisado con mas tiempo!.

-Me ha llegado el mensaje hace menos de veinte minutos. Dice que solo viene a conversar...

-Pero habemos de tenerle algo preparado!

-Dile a Noelle (ama de llaves), que vea eso. Tu preocupate de Josephine

La mujer palidecio aun mas. El aviso a ultimo minuto y la urgencia de su esposo para arreglar a la niña le parecia raro.

-No...Albert Edward no le pondra las garras a mi niñita..no!!.- decia entre dientes caminando hacia el cuarto de la joven.

Abrio la puerta lentamente despues de preguntar si se podia. La niña leia un libro sentada en una silla mecedora.

-Que lees, amor?.- pregunto dulcemente

-"La dama de Wildfeld Hall". Es bastante entretenido

-Hmm...ya veo..

Camino lentamente por el cuarto y se dirigio al gran ropero que ocupaba gran parte del lugar.

-Que buscas, madre?

-Un vestido bonito para la cena...

-Y eso? Tenemos visitas?

-Pues si...el principe de Gales viene a viositar a tu padre

-Ah...el insufrible de Bertie.

La joven resoplo y volvio la mirada hacia la ventana. No le simpatizaba mucho aquel personaje, mas cuando estimaba tanto a su mujer, la princesa Alexandra, la cual soportaba estoicamente las escapaditas de su marido con cuanta tunanta con altas aspiraciones se le cruzase.

-Mas respeto con aquel hombre que algun dia sera nuestro Rey!

-Pues que se de a respetar! Las historias que se escuchan sobre el...

-Te he dicho que dejes de escuchar las conversaciones de los adultos!.- chillo escandalizada la madre.

Al rato mirando la sonrisa candida de su hija, se calmo. Ella tenia razon, Albert Edward era todo un personaje y ni a ella misma le agradaba. Solidarizaba con "Alix", pero aun asi lo trataba de forma bastante cordial.

-Mamita, no te preocupes. Sabes que se guardar la compostura...

-Gracias, amor...

La niña se acerco a ella y la abrazo. A pesar de sus quince años, demostraba una madurez ejemplar y extraordinaria la que a veces chocaba con la niña que llevaba dentro , la cual no queria desaparecer.

-Te gusta este vestido?.- pregunto al borde de las lagrimas

-Si, mami, me gusta.- contesto besandole suavemente la mejilla


La mujer se sentia morir. Tenia el pecho apretado pensando que planes tendria aquel pelafustan de Bertie con su pequeña y mas aun que su esposo no haria nada para impedirlo, es mas, le dejaria hacer y deshacer con su Josie....!

Peyton Amberson tenia una ambicion desmedida. Era un lamesuelas de la realeza, uno de los favoritos de la reina Victoria y gracias a su zalameria y lealtad a toda prueba, hacia conseguido para el y su mujer los titulos de Visconde y Viscondesa de Crowhurst.

La pareja era habitue de los bailes reales, se codeaban inclusive con la realeza del extranjero. El visconde solia cartearse con el Zar Alejandro II, la Reina Isabel de España y Franz Joseph de austria, entre otros. Eran sin duda una de las familias mas poderosas y renombradas del pais.

Olivia Amberson amaba a su marido y este le correspondia el amor con locura. Habian formado un bello hogar con tres hijos, la mayor de ellos Josie...la dulce Josie...la unica niña de la familia y en quien el padre ponia todas sus aspiraciones.

De recien nacida, Mrs Amberson sorprendio a su marido susurrarle a la pequeña..

-Tu, hija mia...tu cumpliras todas mis aspiraciones. Tu seras el sol, la luna y las estrellas de un Saxe Coburg. Le robaras la mente y la razon...si amor...eso seras tu....la musa de uno de ellos

Aquello la petrifico en ese momento y lo hacia aun mas al ver que aquel presagio estaba por concretarse. Trato de controlarse y le regalo una sonrisa a su niña

-Vamos...ven que te bañare y te dejare linda linda

-Por que tanta parsimonia, madre?.- pregunto entre risas

-Nada de parsimonia, amor. Solo quiero que mi niña este siempre hermosa

Y abrazadas caminaron juntas hacia el baño...


Las empleadas andaban de aqui para alla acarreadas a "punta de chicote" por Noelle la cual estaba con los pelos de punta por la inesperada visita. Por mientras, Mr Amberson leia tranquilo en su despacho el periodico. Mientras se enteraba de las noticias en los Estados Unidos, su mujer irrumpio sin anunciarse.

-Olivia! por dios! Quieres matarme de un ataque

-Dime que pretendes hacer con nuestra hija.

-Pero que dices!

-No te hagas el ofendido que te conozco..

El hombre se paro y camino hacia su mujer para tranquilizarla. Esta temblaba de pies a cabeza

-Libby...Libby...amor...Yo jamas le haria daño a nuestra pequeña

-Dime que no se la entregaras a Bertie.- susurro mirandolo a los ojos

-Que?!

-No quiero que nuestra hija se haga amante de aquel hombre!

El visconde rio y la estrecho contra si. Mrs Amberson no comprendia que ocurria

-Que pasa?

-Nada, nada amor...es que. Ya veras que no tiene nada que ver con Bertie...

-Te lo ha dicho?

-Pues no, pero lo conozco!. Amor. Anda..ve a perfurmarte que deben de estar por llegar

-"Deben"?. Viene Alix con el?

Solo se limito a cerrarle un ojo y acompañarla hacia la puerta. Esta , confundida subio hacia su dormitorio a terminar de retocarse el peinado y ponerse un poco de perfume. Habia dejado a Josie en su cuarto ya lista para las visitas y solo le bastaba bajar y sonreir.

Mientras terminaba de arreglarse las horquillas con la ayuda de una sirvienta sintio el ruido de coches acercarse. Temblorosa se acerco a la ventana y se puso a observar con curiosidad. Primero bajo Bertie y despues un elegante joven de grandes ojos claros.

-Arthur.- susurro apretando los visillos

Era Albert Edward y uno de sus hermanos, el principe Arthur. Ella conocia al joven y sabia de la buena madera con la que estaba hecho, pero aun asi, no pudo dejar de temblar al verlo.

-Le ocurre algo, Mrs Amberson?

-Yo...

-Esta palida...

La sirvienta rapidamente se acerco a la mujer para agarrarla al vuelo y esta aun agarrada del visillo no paraba de respirar rapido y rezar para que los sombrios presentimientos que inundaban su cabeza no se hicieran realidad...

1 comentario:

BELMAR dijo...

mis felicitaciones
por los espacios
de creación