lunes, 23 de febrero de 2009

Chapter IV: The seed...

Los dias siguientes a aquella noche, Arthur y Josephine, con completa desfachatez, se las arreglaron para verse a solas a las horas mas alocadas, desafiando a los padres de la joven los cuales veian, por mandato del patriarca, el asunto de lejos.

-Peyton..ire a ver a los niños.

-No no..tu quedate aqui que yo ire a vigilarlos, juega con Adolphus por mientras. Adi, cuida a mamà que no se siente bien

-Si, papà.- respondio diligente el niño que no contaba con mas de seis años

Era mejor que el entrase a la casa e hiciese como que vigilaba a la pareja. Sabia lo que estaba ocurriendo, lo respiraba en el aire. Por eso, se sentaba en el living y en la distancia, escuchaba risitas y gemidos a la distancia.

-Por el futuro de los Amberson.- murmuro sonriente mientras elevaba su copa de vino.

El lunes , de amanecida, Arthur se levanto rapidamente de la cama y de pie, observo el cuerpo desnudo de Josie. Trato de resistir la tentacion de acercarsele, pero no pudo. Volvio a recostarse a su lado y con su boca, recorrio desde la nuca hasta la suave curva del trasero.

la joven se desperezo y dio vuelta para mirarlo. Tenia el cabello desordenado, el pecho rojo por los rasguñones dados por ella al llegar al climax y su sexo de a poco, levantandose , a pesar de haber trabajado laboriosamente la noche anterior.

Le sonrio, el le correspondio la sonrisa y se besaron apasionadamente. Era una danza envolvente y sin fin de lenguas. Era tanta la pasion que la saliva corria por sus comisuras, los dientes chocaban e incluso Arthur se hizo un pequeño y sangrante corte en el labio, el cual Josie limpio, lamiendolo.

Antes de que el sol se presentase por completo e iluminase el cuarto, se entregaron a la lujuria dos veces, apretandose con vicio el un contra el otro y ella sollozando sin parar por la inminente partida de su novio.

-Cuando volveras a la ciudad?.- pregunto recuperandose

-Creo que en un par de semanas mas. A lo que mi madre me de respiro, vendre a visitarte.

-Creo que por esas fechas estare en casa de mi tia Margaret. Podriamos juntarnos en su casa...

-Tu crees que eso sea posible?

-Por supuesto!. Dios, como te extrañare..

-Yo tambien...

Aun desnuda se aferro a el y le susurro en el oido

-No me olvides...

-Imposible...eso, jamas!

Aun con el rojo plasmado en las mejillas, Josephine paso los dias suspirando y mirando hacia la ventana, esperando por algun milagro que mandase pronto de vuelta a su Arthur. Se encerraba por horas para revolcarse en la cama, abrazada a la almohada o escribir largas cartas a Artie

"Querido

Las cosas aqui estan bien pero planas, mas bien congeladas. Mamà no deja de acosarme y hacerme preguntas sobre nuestra relacion, Creo que sospecha algo porque me mira con otros ojos. Me da miedo, mas aun cuando tu estas lejos para socorrerme y calmarme con aquellas caricias que solo tu me sabes dar."


"Anoche desperte sobresaltada, pues tuve un sueño tan vivido!. Estabas tu, arriba mio, besando mi cuello con ardor y acariciandome de esa forma que me hace estremecer. Senti el peso de tu cuerpo sobre el mio, senti el fuego en el vientre. Queria llorar de la emocion, pero cual no fue mi sorpresa al despertar y encontrarme sola en la oscuridad de la noche..."


Arthur respondia a estas misivas con un tono consolador, mas no menos desesperado

"Mi dulce y bella Josephine:

Me siento al borde de la locura. Aqui el regimen es fatal, mas aun para un joven enamorado que a pesar de las duras labores de soldado, vive en las nubes. Sueño cada noche contigo, ansio con tocar tu piel, besar tus labios y hacerte mia. Aguanta, se fuerte, que los dias pasaran rapido y pronto estaremos juntos nuevamente..."


Pero no fue asi..Pasaron las dos semanas, luego una tercera, y una cuarta y nada. Arthur no volvia de la academia...

"La cosa se esta poniendo dura por aqui. Nos han reprendido duramente por la indisciplina de un par de compañeros. Estaremos tres semanas mas de lo presupuestado. Se fuerte, por favor, que sino tambien me desmoronare de la angustia . Hazlo por mi, hazlo por ti, por nosotros. No te me desmorones, amada mia..."

Josephine estaba consternada y al borde de la locura. Habia dejado subitamente de comer y se pasaba las horas tirada en la cama aferrada a una muñeca. La viscondesa estaba preocupada y enfurecida con su marido

-Ves? Ves lo que has hecho? Tu y tus grandes ideas...mira como sufre la niña! y todo por tus malditas ambiciones!!

-Ella esta bien, no te preocupes. Solo tiene algo de pena por la ausencia de Arthur. Normal, todas las adolescentes pasan por eso.

-Peyton...la niña no come, no comparte con nosotros y cada vez que la veo tiene los ojitos rojos e hinchados..esta mal! muy mal!. Sufre!

-Ya se le pasara cuando vuelva Arthur. Ahora dejala que viva este romance como toda niña de su edad.- decia con despreocupacion

Mrs Amberson sabia que esto no era normal y sufria con su hija, la que cada vez se alejaba mas de su familia. Con el unico que conversaba era con el pequeño Adolphus que, al ser tan pequeño, no entendia nada

-Lo extraño mucho.Creo escucharlo por todos lados, huelo su perfume en cada momento, incluso a veces de noche veo su silueta observar por la ventana! A veces creo que estoy asi, porque me he convertido en dependiente de el..

-Que es dependiente?

-Ahh si por eso me gusta contarte estas cosas, porque no comprendes y no reprochas..venga, que te dare un abrazo.


La situacion se puso aun peor cuando Arthur le informo que pasaria una corta temporada en Canada. Josephine estaba junto a su madre cuando leyo la misiva. Quedo perpleja, luego tiesa, y despues de un hondo gemido cayo desvanecida al suelo. Desperto sobre su cama rodeada de sus padres.

-Dios santo, Josie! que sustos nos das! No te aprietes tanto el corse que no ayuda!.- chillaba su madre

-Te encuentras mejor, mi vida?

-Si papà-..si...Yo..

-Que ocurrio.,.que leiste que..

-Arthur se va a Canada, por un par de meses....

Entonces rompio en llanto desesperado agarrandose de las solapas de la levita de su padre, el cual tembloroso la abrazo para consolarla. Por primera vez en su vida, Peyton Amberson se sintia miserable. Su hija sufria mucho mas de lo que el pensaba y todo era por un capricho suyo, jamas penso que ella llegase a tener sentimientos tan fuertes por el principe.

Desganada, palida como fantasma y tratando de darle el gusto a sus padres paso el primer mes y medio sin Artie. Habia sido tan intenso el corto periodo de romance que ambos habian tenido que, en verdad, como le habia dicho a su hermanito alguna vez, se habia vuelto dependiente de el.

Ls noticias por la lejania llegaban lento, carta semana por medio. Arthur al igual que ella sufria por la distancia y no dejaba de reprochar su falta de hombria al querer enfrentar a su madre para negarse a ir a un pais tan lejano a cumplir una mision que, segun su punto de vista, era inutil..


"Siento tanto frio, tanto frio al tenerte a miles de millas lejos de mi. Tengo tu fotografia en mi mesa de noche y la beso y miro mil veces antes de dormir, rogandole a dios para que me permita soñar contigo. Querida, mi adorada, se que te he pedido esto muchas veces, pero se fuerte, resiste, que me zafare de esto lo antes posible. Esto es una promesa...

Deseandote con lagrimas en los ojos...tuyo. Arthur"

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Fotografia enviada por Arthur a Josie en la primera misiva desde Canada. 1869




Por su parte, Josie respondia...

"Me siento muy mal al no tenerte a mi lado. A veces me paso el dia comnpleto mirando por la ventana ansiando verte llegar . No sabes como me emociono en vano cuando oigo el galopar de los caballos cerca de casa . Arthur...te necesito, oh! no sabes cuanto te necesito. Mi cuerpo ansia tus caricias, mi boca tus labios y mi alma tus palabras de amor. Querido, vuelve pronto o sino, terminare por perder la razon..."


Y en cierto punto creyo que empezaba a perder la cordura!. De inapetente paso a devoradora, comiendo todo lo que se le cruzase por delante. Su madre considero esto un avance, quizas el tiempo le habia enseñado que Arthur no lo era todo y habia vuelto a ser su niñita sana y vigorosa. Le habia dado por las uvas, pedia uvas a granel, se encerraba en su cuarto a comerlas una tras otra, deleitandose con su dulce sabor, despues, las magdalenas que la cocinera de la famlia hacia, eso si, bañadas de un fino chocolate semiamargo. En menos de un mes, habia subido al menos tres kilos. Se dio cuenta de esto un dia en que se vio desnuda frente al espejo.

-Debo dejar de comer como vaca, sino Arthur no me querra cuando vuelva.- se decia desesperada tratando de esconder la barriga


Pero no podia parar. Las locas ansias le ganaban y se encerraba en su cuarto para engullir sin ojos inquisidores sobre ella .

Ahora era el visconde el que estaba preocupado por la niña. Conversaba con uno de sus amigos de infancia, el conde de Hemsley una tarde de tertulia.

-Estoy preocupado por mi hija, pienso que esta comenzando a perder la chaveta..

-Y eso?

-Esta como poseida!. Se le ve nerviosa y come a desmedida!

-Debe de tener ansiedad. Algo similar le paso a la hermana de Herminie al quedar viuda. Es la perdida!- Ella cree que esta perdiendo o perdio a Arthur, por eso engulle como si no hubiese mañana. Parala antes de que se convierta en una bola, tienes que hacerlo , ya. Tu sabes, despues no habra dote que sirva para casarla. Los pretendientes buenos se ponen cada vez mas exquisitos con sus opciones...


Mr Amberson se puso firme con sus reglas y prohibio a su hija comer a deshoras, pero, ni la prohibicion aquella la paro. Solo ceso sus comilonas un dia que sintio que el vientre le explotaria con rapidos e intermitentes movimientos de tripas y presion en el.


Estaba asqueada con las formas que habia tomado su cuerpo. Tanto desagrado le causaba su gordura que pedia secretamente a su hermano todas las mañanas antes de vestirse, que le apretase lo maximo posible el corse. Eso, sumado a lo que habia aumentado en tres meses y medio de gula, ya la tenia a punto de colapsar, tanto fisica como sicologicamente, pues estaba segura que su Artie lo la querria siendo un cachalote.


Cuatro meses y medio pasaron y Arthur volvio a Inglaterra. Apenas pudo zafarse de su madre y hermanos, corrio a donde los Amberson a ver a su Josie. Avisado con anterioridad por un mensajero, el visconde habia ocupado la misma treta de la passiflora con su mujer para que los jovenes pudiesen amarse tranquilamente

-Anda, muchacho, sube. Te esta esperando...

Apenas alcanzo a estrecharle las manos y darle las gracias encarecidamente. Subio hecho un rayo y sin golpear entro al cuarto. La joven estaba sentada a los pies de la cama con un vestido celeste, ansiosa . La luz del dia comenzaba a desaparecer a medida de que el sol se escondia tras las montañas...

-Y? no me vas a dar un abrazo?.- pregunto con la voz temblorosa y los brazos estirados, estatico, esperando a su amada

Josie salto de la cama y se apego a el violentamente, oliendo las telas de su uniforme y rasguñando su espalda. El tomo su rostro estre sus manos para observarla. Estaba mas bella que nunca, su rostro habia tomado una redondez casi angelical, sus mejillas estaban aun mas entintadas de la ultima vez que la vio y sus ojos claros centelleaban

-Arthur...Arthur.- suspiraba con la garganta apretada

Se besaron larga y profundamente, haciendo danzar sus lenguas desesperadamente en la boca de otro. A rastras la llevo hacia la cama, y a los pies de esta, la empezo a desvestir apresuradamente. Ella hacia lo mismo, lidiando con los mil y un botones de su uniforme, los que hacian mas dificil la tarea. El le ayudo deshaciendose de los pantalones y la camisa mientras ella echaba a volar el polison y los zapatos. El quedo semidesnudo frente a ella..

-Date vuelta que te sacare esta tonteria.- dijo besandole los hombros desnudos

Obediente le dio la espalda y sintio los dedos desatar con rapidez los cordeles que apretaban aquel adminiculo, a la vez que sentia una suave y firme lengua lamer su nuca.

-Antes no usabas estas cosas...te has puesto coqueta.

-Son los desvarios de tu ausencia. Abuse de las golosinas.- dijo con un tono de verguenza.

Cayo el corse a sus pies y luego la enagua. Estaba desnuda mirando de reojo el reflejo de su cuerpo de perfil y como Arthur se apegaba a ella. Sus manos comenzaron por los tersos senos, luego bajaron hacia el vientre.....y ahi se quedaron, crispadas.

-Arthur, amor, por favor no...- dijo avergonzada echandose para adelante

El estaba frio, con los ojos abiertos de par en par y temblando..

-Josie...no me hagas esto...ven...yo quiero...quiero verte..

-No! por favor...- dijo avanzando hasta la cama y tapandose hasta el cuello

-Amor mio...por favor..dejame verte.

Arrastrando los pies camino hacia donde la joven se encontraba. Esta ahora sollozaba

-Estoy hecha una vaca!. He comido mucho! ya no me querras!.- decia entre lagrimas

-Eso, jamas. Nunca. Yo siempre te amare..

Con la punta de sus dedos, tomo la cubre que cubria a Josie y con lentitud y expectacion, las echo para atras. Ella se cubria nerviosamente el vientre temblando y aun sollozando. Retiro las pequeñas manos de el y fue solo entonces que supo lo que ocurria

-Dios santo...- susurro asustado y a la vez, algo maravillado

-Ves? ves? ya no me querras mas...!

-Josie... hace cuanto que estas asi?

-Asi como?

-Asi mas...ancha.

-Ya sera un mes. De repente me puse a comer todo lo que me pasaba por delante y no podia parar, Lo juro! fue la pena..

El joven no podia creer lo que estaba ocurriendo. Josephine no tenia nocion de su estado. En su inocencia creia que habia engordado por comer en sobremedida.

-Ya he parado porque el corse ya casi no me aguanta y la tripa parece tener vida propia moviendose como condenada.- susurro.

El le tiro del brazo y la acerco a el para abrazarla y acariciarla. Fue entonces que de sopeton, recordo las cosas que su hermano Bertie le habia dicho y que el habia olvidado en sus encuentros carnales con la joven.

-"No se te ocurra tener tu placer dentro de ella. Salte cuando ya sientas que no puedes mas. Sino, usa esta cosa que el doctor Hamilton me ha entregado"

Tambien se dio cuenta de que habia inducido a Josie dentro de un juego de adultos de el cual, ella no tenia idea las consecuencias que podia acarrear.

-Yo siempre te amare, Josephine, siempre. No importa lo que ocurra, siempre seras la primera y la ultima...

-No me odias por haber engordado?

-No....eso me hace amarte aun mas.- dijo apretandola fuerte contra el

Hubo un silencio lleno de caricias y besos, luego la joven suplico

-Acariciame como tu sabes...por favor. Lo deseo....

Con mucho cuidado de no apretar el incipiente vientre, la hizo suya suavemente, acariciando el bulto que vibraba al compas de los gemidos de Josie. Al terminar, ambos en extasis y agotados, se tumbaron en la cama.

-Dios esta tripa!. Me he dañado el estomago esta maldita gula.

Por primera vez, Arthur vio un ligero movimiento en la barriga de su novia, el primer atisbo de la vida que se gestaba dentro. Era su hijo, su pequeño el que crecia ahi!. Estiro la mano para sentirlo..

-No , no lo hagas, que es horrible...

-Josie...no lo es ...yo...tengo que decirte algo.

La joven se enderezo bruscamente y comenzo a escuchar lo que su amado le decia. Estaba perpleja, no entendia como habia llegado a ese estado. Se sintio rara y le comenzo a faltar el aire. Corrio hacia la ventana y la abrio violentamente para respirar bocanadas de aire puro.

-Lo siento..lo siento mucho...yo tengo la culpa!. No debi arriesgarte asi. Pero no te preocupes que no te dejare sola en esto...yo....a como de lugar me casare contigo. Hablare con tu padre y luego se lo anunciare a mi madre....

-Tengo ..vida....cargo vida...Tendre una muñeca de carne y hueso ...sera mia.- repetia con la mirada perdida

-Nuestra..sera nuestra

Lentamente se dio vuelta y abrazo a Arthur el cual lloraba suavemente emocionado por las noticias que de golpe le habian caido.

-Necesitare tanto de ti!...yo..yo no se como cuidar a un bebè. Soy muy torpe , hasta a mis muñecas las dejo caer. Que si le hago algo? si lo daño?!

-Shhhst...calma. Que yo estare a tu lado todo el tiempo. Nos iremos a Canada, junto a tus padres, si quieres y formaremos un lindo hogar alla.- le contaba con ilusion

Cuentos de hadas, historias felices e ilusiones en vano que jamas se cumplirian. La joven pareja no tenia ni la menor idea de lo que se les venia por delante...

martes, 17 de febrero de 2009

Chapter III : Falling to the Abyss...

Josephine se sentia confundida con todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor . Las visitas periodicas de Arthur no solo la alegraban, sino que la llenaban de un extraño regocijo que jamas habia sentido en su vida. "Un extraño calor en medio del pecho" , escribio en su diario despues de la segunda visita del joven al dia siguiente en el que se conocieron.

El visconde estaba feliz por el desarrollo de los acontecimientos, mientras que su mujer tenia un oscuro presentimiento.

-No se que tantos problemas te hacer, mujer!. Son un par de niños, no haran nada.

-Lo se, confio en mi hija y tambien, aunque me cueste en ti, que no dejaras que esto vaya a mas. Pero aun asi...no se, esto no me gusta.

Misma cosa sentia a ratos Josephine, pero guardaba silencio, puesto a que eran lapsus tan cortos y pequeños, comparados con la alegria que las miradas, sonrisas y palabras que Artie le daban, que no habia caso darle vueltas.

Diariamente, el joven enamorado frecuentaba la mansion Amberson. Los dias no existian hasta que llegaba a la puerta y veia a la joven que le robaba el sueño frente a el. Primero pasaban a la sala de estar a conversar, comer galletitas y tomar un te. Hablaban de trivialidades, reian como tontos y luego se miraban seriamente, mientras recobraban la compostura. A veces pasaban al estudio del visconde a jugar cartas o cuando el tiempo estaba mejor, jugaban criquet en el jardin. Fue un dia soleado de Marzo , mes y medio despues del primer encuentro, cuando detras de un nogal del jardin, el la beso timidamente.

Josie dio un respingo y asusto al sentir aquellos temblorosos labios rozando los suyos, pero al instante se entrego por completo abriendo instintivamente la boca para sellarla definitivamente con la de Arthur.

Mr Amberson, quien hacia de chaperon en ese entonces, observo la escena de lejos haciendo salud en el aire y dando gracias a dios con una enorme sonrisa en el rostro por lo que estaba ocurriendo.

Principios de Abril. Ya los jovenes tenian una relacion sentimental. Arthur hablaba con mucha emocion de su "novia" a sus hermanos. Alfred apenas lo escuchaba, Leopold era demasiado pequeño para entender (pese a que tenia la misma edad que Josie), y Edward solo trataba de sonsacarlo con ideas audaces.

-Y...le has tocado las pantorrillas?

-Pero de que hablas!. No! jamas haria eso con ella , porque...

-Claro. Se que eres un caballero y ella una dama, pero dime y respondeme con la mano en el corazon...has sentido las ganas de hacerlo?

Temblo y corrio la mirada con las mejillas entintadas en rojo furioso. Claro, habia sentido las ganas, cuando sentia su perfume en el aire, cuando su lengua entraba timidamente en la boca de Josie, cuando se miraban a los ojos...cuando la oia suspirar. Claro que tenia ganas de tocarle las pantorrillas, las rodillas, los muslos y mas alla. Era hombre, joven y con sangre tibia corriendo por las venas.


Bertie sin que su hermano le respondiese, adivino la respuesta y le confidencio.

-Hablare con Peyton mañana.

-Sobre que?.- pregunto asustado

-Ya veras. Hermanito, se como te sientes y se que no aceptarias mi proposicion de sacarte aquellos pensamientos de la mente con una de mis "conocidas". Anda, confia en mi que te ayudare...

No supo que responder, pues moria de verguenza y sentimientos de culpa por su suplica silente. Aquella noche se acosto despues de una fria ducha para congelar aquellos tibios pensamientos que hace un rato ya rondaban su cabeza, pero le fue inutil. Ya en la cama, se dio mil vueltas apretando los ojos y tratando de imaginar las cosas mas terribles del mundo, pero fue todo en vano. Soño con Josie, que danzaba y contorneaba a su alrededor con una transparente bata de gasa blanca...


A la mañana siguiente, despues de finiquitar un par de citas, Edward Albert se dirigio a la residencia Amberson . Lo recibio diligente el visconde el cual inmediatamente lo hizo pasar a su despacho

-Que Libby no te vea...

-Y eso? Ya ha caido en cuenta que soy la encarnacion del demonio?.- respondio sarcastico

-No...no es eso . Es que tu sabes como son las mujeres, jura y rejura que me llevaras por el mal camino!

-Jajajaja!. Si supiese que he tratado en vano!. Pero bueno, no le demos largas al asunto que he venido por un motivo puntual y especial

Mr Amberson se dio vuelta lentamente mientras llenaba la copa de licor, lo observo serio y al volver a darle la espalda sonrio. Sabia lo que vendria...

-Dime...soy todo oidos.- contesto mientras le alargaba el vaso y se sentaba en un sillon cercano

-Es sobre los chicos..Bueno...ya llevan "algo" de tiempo frecuentandose. Arthur la adora...no! que la adora, AMA a Josephine, y de seguro, por lo que he visto, tu hija tambien

-Pues si. Se le nota en los ojitos. Vieses como se emociona al verlo llegar

-Si , si lo se. Por eso, te pido que le des "concesiones especiales" a mi hermanito

-Como?.- pregunto haciendose el tonto

-Vamos! no te hagas el del campo, que sabes perfectamente a lo que me refiero.

Hubo un silencio corto antes de que el hombre respondiese

-Y que garantias tendria yo?

-Garantias de que?

-Sobre mi hija. Tu sabes que esa clase de jueguitos suelen a veces, tener consecuencias.

-Ah! si es por eso, no te preocupes. Hablare con Arthur y el sabra que hacer y no hacer para evitar ese tipo de "problemitas".

-Ya...y que si le llegase a ocurrir algo a mi niña. Por dios, Bertie! estamos hablando de algo serio!. Arthur, si es que llega a pasar lo inesperado, no se casara con ella, no?

-Bien sabes que no, pero bueno, arreglariamos el improvisto al instante, y , por supuesto, la familia seria indemnizada por cualquier daño efectuado. Claro, suena grave e incluso tenebroso, pero se que no ocurrira, asi que, amigo....respire hondo que no hay motivo para preocuparse.

Sono convincente y seguro. Aun asi, el visconde no escucho aquel discurso ya que sabia de antemano su respuesta. Se paro lentamente y se dirigio hacia la apagada chimenea. Se apoyo en ella y observo el retrato de su hija que colgaba en la pared. La adoraba con toda su alma, y por eso, para asegurarle un futuro esplendoroso y por supuesto, para velar por los intereses de la familia, respondio:

-Dile al chico que puede venir a quedarse el fin de semana antes de partir a la academia. Yo hare lo necesario para que el asunto "fluya"

Bertie sonrio complacido y despues de unos tragos y conversaciones sobre actualidad, corrio a contarle las buenas nuevas a su hermano.

Al dia siguiente, con una pequeña maleta, llego el joven temblando de nervios por no saber como actuar. Mr Amberson al recibirlo, le dio algo de "turbio valor" para que se relajase.

-Se que entraras a la academia en un par de dias. Toma, para los nervios.

-Muchas gracias, visconde.

-Josephine ya baja. Anda, toma tu licor...

Sorbio compulsivamente hasta que el liquido se esfumo del vaso. Bajo Josehine con un hermoso vestido rosa e hicieron lo mismo que llevaban haciendo por algun tiempo. Conversar, jugar algun juego de mesa y luego, mientras el visconde distraia a su mujer, los jovenes se iban a un lugar apartado y solitario a besarse. Aquel dia aquello se repitio mas de lo normal, Arthur, y tambien Josie estaban sobreexcitados.


La viscondesa estaba tambien sobreexcitada, pero por motivos diferentes, Tenia el corazon apretado y le costaba mucho respirar. Ella sabia que no era buena idea invitar al principe a pasar el fin de semana...

-Olivia..ven..mirame..Yo velare por que nada ocurra. Vamos!. Tu sabes el viaje que hace el chico este de londres hasta aca para ver a Josie y sumale a eso que entrara a la academia militar y no la vera por un buen tiempo.

-Si, lo se, pero comprendeme tu, Peyton. Ya no son unos niños y...

-Son unos niños! por dios!. Libby...amor...yo sere su chaperon. Tu, recuestate. Mandare a Nan con una manzanilla para que te relajes.

-No..no podre...no..

Fue en vano. El visconde la condujo hacia el dormitorio casi a rastras y la retuvo ahi, no sin antes pedirle a la criada que en la manzanilla echase unas cuantas gotas de passiflora para knockear a su mujer hasta el dia siguiente.

Por mientras los jovenes, en la oscuridad del jardin, se besaban y apretaban de forma desesperada. Al igual que su pretendiente, Josephine, en el transcurso de la relacion, habia descubierto mil y una sensaciones nuevas, la mas fuerte y abrumante de todas era el remolino que le causaban en el vientre los besos y caricias de Arthur. Asustada, mas no amilanada por aquellas fuertes y abrasantes palpitaciones, se dejaba amar, mansa y complaciente.

-Arthur...vamos..Es hora de dormir.

-No, Josie. Quedemonos aqui un rato mas.

-No..no...por favor, dejame ir.

Se paro rapidamente del regazo del joven y se apoyo contra el aspero tronco tratando de normalizar su respiracion. El principe , tembloroso se puso de pie y camino hacia ella. Le tomo delicadamente los brazos

-Por que tiemblas asi?.- pregunto la chica

Temblaba asi por la pasion que lo embargaba. Estaba a punto de explotar. Quizo decir algo, pero en vez de aquello, solo suspiro y murmuro

-Vamos, que tu padre debe de estar preocupado.


De la mano se dirigieron a la casa y al entrar , se dieron las buenas noches. Josephine subio corriendo las escaleras y Arthur quedo abatido, aun con el cuerpo a fuego vivo, transpirando copiosamente y observando su alrededor con la mirada febril.

-Espero que tu hermano te haya aconsejado bien. No quiero dramas. Anda, toma...algo mas de esto no te hara mal

Otra copa de licor. Esta vez se la tomo al seco y exigio una segunda. El visconde sonrio y se la sirvio al tope.

-"Vaya, este chico esta que colapsa de nervios. Como se le nota que es un candido debutante".- penso bebiendo algo de scotch.

-Ya, chico. Ire a dormir. Sientete en tu casa.

-Muchas gracias, Visconde.

Y quedo solo iluminado con una tenue luz de vela. Agarro valor y se dirigio a su dormitorio para desnudarse. Sobre el solo se puso un sencillo camison el que le molestaba se sobremanera por el calor que sentia. Se sento a los pies de la cama y observo a la luna que estaba mas grande que nunca. Apreto las cubres, dio vueltas desesperado por la habitacion y a eso de las once de la noche, se dirigio al dormitorio de Josephine. Golpeo suavemente y al instante su llamado fue atendido

-Si? pase...

Abrio suavemente y la vio tambien en camison, retorciendo los vuelos de la pechera.

-Yo...no puedo dormir

-Yo tampoco he podido. Me siento rara...

-Que sientes?

-Siento que.... voy a caer a un precipicio sin fin...

Quedaron el uno frente al otro observando nerviosamente a los ojos. Ambos tenian las pupilas dilatadas y transpiraban muchisimo a pesar de que hacia un frio que colaba los huesos. Arthur tomo la iniciativa, se acerco a su amada y la apreto contra si antes de recorrer su rostro con la nariz para llegar al cuello. Ya ahi, comenzo a besarlo con ardor. Josie sentia que tambaleaba en el borde del risco, afirmada solo por una fuerza invisible que la retenia flotando arriba de la nada. A pasos cortos la acerco a la cama y ahi cayeron rebotando cual pelota, causando la risa de ambos.

-Yo te amo, te amo Josephine Amberson...desde el primer momento en que te vi.- dijo apasionado besando los labios de la joven. Esta no respondio, solo se dejo amar. El, desesperado y con la mano temblorosa, por fin, despues de tiempo deseandolo, acaricio aquellas pantorrillas , agarrandolas fuerte y enterrandole las uñas. Las caricias fueron subiendo , tanto de altura, como de tono. Su mano se encontraba cerrada y pegada a la entrepierna de Josie.

Esta, aun siendo besada, abrio los ojos de par en par y gimio suavemente, parte por el susto y parte por la sensacion que aquello le causaba.

-Esto..esta mal.- alcanzo a decir jadeando

El no respondio. Solo paro de besarla y la observo con ternura.

-Nunca haria nada que te hiciese daño. Yo solo quiero amarte...

Mientras mencionaba esas palabras, su mano que antes acariciaba suavemente el sexo de la joven, ahora se dirigia hacia arriba, rozando los dedos en el vientre y subiendo para tantear aquellos redondos pechos. Para poder amarla mejor, subio el camison hasta el cuello y observo embelesado sus formas, rozando, apretando y deleitandose con la vision de Josephine retorciendose de placer.


Ella no tenia idea que estaba ocurriendo. Le parecia extraño, le daba miedo, pero le encantaba lo que aquellas caricias y miradas penetrantes hacian en ella. Su razon decia que no, que parase, mas todo su cuerpo y ansias rogaban para que continuase y no parase jamas. Entonces, cuanto ya pensaba perder la razon, las caricias cesaron. Artie quedo fijo observandola de rodillas sobre la cama...ya habia llegado la hora...

Suavemente se recosto sobre el cuerpo de la muchacha, abriendole delicadamente las piernas y levanto su camison a la altura del pecho para sentir el de Josie, palpitante y caliente contra el suyo. La beso suavemente, subiendo la intensidad a ratos y luego, bajo la mano para guiar su sexo al de ella.

-Q..que haces?

-Tienes miedo?.- pregunto

-Tiemblo....y tu?

-Mas que nunca. No temas, que no te hare daño....yo..

Empujo suavemente la cadera hacia adelante, causando un dolor punzante en su novia, el que la hizo chillar con ganas.

-Disculpa, disculpa!.- musito asustado

Ella no respondio. Se sentia partida por dos, quieta y raramente deseosa de mas. No entendia que diablos estaba ocurriendo, todo era muy confuso, pero , a pesar del dolor que palpitaba fuerte, se sentia bien. Arthur volvio a empujar , pues estaba a medio camino y deseoso de consumar por completo el acto. El dolor...aquel dolor...la tenia muda, solo emitiendo gemidos suaves que volvian aun mas loco a su acompañante. Este se apretaba contra ella y le acariciaba el rostro dulcemente, como fianza por lo que ella estaba pasando. Un empujon firme y fuerte y se vio completo dentro de ella. Quedo quieto disfrutando de la sensacion y comprobando con sus propios ojos que no solo el se encontraba en extasis y anhelante de mas...

Y entonces comenzo el vaiven suave , pues aunque sabia que ella estaba sintiendo el mismo placer que el, tambien tenia consciencia de que aquel extasis venia acompañado de un agudo dolor, el dolor de ser desgarrada por dentro , el dolor que le abria todo un mundo de placeres a la mujer.

Josephine con cada movimiento, con cara mirada fija, con cada beso, con cada gemido de el, sentia que caia. Era una sensacion abrumadora, nueva y desquiciante. Rasguñaba desesperada la espalda de Arthur, movia la cabeza de un lado hacia el otro, abrazaba con sus piernas la cintura ondulante y se mordia los labios para no emitir ningun sonido agudo que despertase a sus padres. Deseaba con toda sus ansias gritar y perder el control pero se controlaba, pues sabia que lo que estaba siendo, fuese lo que fuese, no era bueno. Ninguna cosa buena causaria aquellas sensaciones en una dama!

Los movimientos de Artie, respondiendo a las demostraciones de gozo de Josie, se hacian cada vez mas rapidos. Trato de recordar los consejos que Bertie le habia dicho, pero todos estaban confusos en su mente que se derretia por las abrumantes sensaciones. Sentia todo su cuerpo palpitar,en especial su sexo que parecia querer explorar. Se observaron fijamente a los ojos, ambos retorciendose como peces fuera del agua y al instante, la primera el ceder fue Josie. Cayo al precipicio, sin piedad-...Tuvo la mas exquisita y tibia sensacion en su intimidad, la que se esparcio hasta el ultimo rincon de su cuerpo. Perdio la razon y al recobrarla se encontro con el cuerpo arqueado, apretada a Arthur el cual aun se movia con desesperacion pues el estaba ya a punto de alcanzarla en la caida. Exploto, sellando rapidamente su boca con la de ella para acallar el quejido animal que se le escapaba desde las entrañas.

Terminaron botados en la cama, empapados en sudor , apretados y aun unidos, atontados por aquella sensacion nueva y apabullante

-Que fue eso?

-Fue saltar alto y tocar el cielo. Pense que no seria posible, pero lo hice, lo hice...- musito con la voz temblorosa el principe.

A eso de la medianoche, decidieron separarse y fue entonces que vieron la magnitud del acto. Las cubres estaban teñidas en rojo furioso y del sexo de Josie salia un fuerte flujo sanguinolento

-Que me ocurre?!.- pregunto horrorizada con las manos manchadas

-Nada...nada..shsst...ven...te llevo al baño. Ponte esto por mientras.- dijo acercandole un pedazo de tela y tratando de no entrar en panico. Bertie no le habia dicho nada sobre esto.

La joven se lo puso entre las piernas apretandolas fuerte y el la tomo en brazos para llevarla al lavabo. Ahi le limpio dulcemente todo resto de la copula, luego procedio a lavarse y la volvio a dejar en la cama.

-Hablare con Nan en la mañana para que cambie las cubres.- dijo avergonzada

-Esta bien, sera mejor asi, ya que si tus padres ven la mancha...

-No, ellos no la veran y no sabran nada de esto...

Sus labios palpitaban con cada palabra que emitia.En un arranque pasional, se acerco a ella y la beso furiosamente por ultima vez.

-Jamas olvidare esta noche.- susurro emocionado

-Yo tampoco, jamas.-contesto acariciandole el rostro

Entonces ambos durmieron profundamente en sus respectivos dormitorios, como hace tiempo no lo hacian y soñaron con aquella vertiginosa pero agradable caida en espiral al vacio...

Al otro dia todo les parecio mas luminoso, los frios dias, aun mas calurosos y en sus mejillas, el tinte de la satisfaccion tatuado.

-Que le ocurre a Josie.- pregunto la viscondesa mientras la miraba jugar criquet con Arthur

-Nada, es solo que esta enamorada...no ves?

-Si, pero...no se...Los vigilaste anoche?

-Claro!. Le di un par de copas al muchacho y Josie se encerro en su cuarto. Todo normal, no te preocupes.

Le sonrio y volvio a fijar sus ojos en la pareja. Habia mentido descaradamente pues el sabia lo que habia ocurrido aquella noche. Y no solo habria de ser testigo indirecto y alcahueta de ese encuentro, sino a todos los que siguieron despues, antes de la partida de Arthur, pues, al haber descubierto tan magnifico placer, ambos perdieron la compostura, razon y se entregaron a la lujuria.


Tarde se darian cuenta de que estaban jugando con fuego...tarde, cuando se diesen cuenta de que tenian quemado hasta los hombros...

viernes, 6 de febrero de 2009

Chapter II : Yes Sire, no Sire


Josephine se habia aburrido de esperar. Sola en su habitacion se habia dado miles de vueltas, sentado y vuelto a parar para mirar por la ventana. La idea de soportar al bueno para nada del principe de Gales no le hacia nada de gracia. Le costaba mucho no poner caras cuando este salia con sus bromas de mal gusto o se ponia a susurrar con su padre sobre sus ultimas conquistas. Ellos creian que nadie los escuchaba, pero Josie, con su afinado timpano lo captaba todo. Aquello le asqueaba, mas aun al saber a su esposa , Alexandra, una mujer bella y encantadora.

-Que puede ver ese mequetrefe en otras mujeres que su bella mujer no tenga!.- se decia furiosa a ella misma.

Empezaba a anochecer y los ojos de a poco se le comenzaban a cerrar. Al no sentir mas que el murmullo de la servidumbre abajo, decidio dormir una corta siesta. Con cuidado se recosto sobre la cama mirando como el cielo se oscurecia mas y mas...

-Josie..Josie...amor..despierta!

-Uh?

-Hija!, han llegado las visitas...

Abrio lentamente los ojos y vio el semblante casi transparente de su madre la cual la observaba con una mezcla de pavor y ternura. Le sonrio y se desperezo estirando los brazos para sacar la modorra

-No alcance a dormir nada...

-A ti nada mas se te ocurre dormir siesta cuando tenemos tan ilustres visitas...

-Viene Alix!.- pregunto feliz la niña

-No..- respondio con voz lugubre la mujer

Josie se paro lentamente y se acerco a su tocador para ordenarse los bucles. Su madre sentada en la cama la observaba fijamente retorciendo las manos

-Calma, madre que em comportare.- dijo riendo

-Si, lo se...

-Entonces? Por que tan nerviosa?

-Yo?

-Si tu. Madre...ocurre algo?

-Nada, nada...solamente que la presion ha estado algo traicionera hoy. Tu sabes, odio que me avisen sobre este tipo de cosas de un instante para el otro.

Sonrio nerviosamente y se dirigio a su hija para ayudarla en los ultimos detalles. Esta se perfumo con una fina esencia de lilas y en un impulso algo loco, se echo algo de pomada rojiza en los labios

-Como me veo?

-Preciosa...preciosa...Vamos.

La agarro fuerte de la mano y caminaron juntas por el oscuro pasillo que separaba el segundo piso de la escalera, escuchando los murmullos que provenian de abajo...





-Hasta que por fin se hacen presentes las bellezas de este hogar!.- bramo ya algo "entonado" el Visconde

Mrs Amberson solo sonrio nerviosa y apreto con mas fuerza la mano de su hija al darse cuenta que los ojos azules de Arthur centelleaban al verla

-Disculpen nuestra demora en bajar, pero ustedes saben, mujeres. Su alteza....- dijo con un gesto discreto y coqueto a Bertie el cual sonreia al ver a la joven mujer haciendole reverencias

-Viscondesa, no tiene de que excusarse. Si se tomaron tanto tiempo para verse asi de primorosas...- contesto galante besando la mano de la mujer

Josie miraba de lejos esto lidiando con sus ganas de hacer un gesto de asco . Arthur por su parte , nervioso, la miraba con las mejillas arreboladas. Saludo ceremoniosamente al principe de Gales, hasta que llego el turno del saludar a Arthur...

El encargado de hacer la presentacion fue Bertie

-Bueno!, yo venia solo de visita informal a ver a mis queridos amigos, pero el pequeño Arthur me ha rogado que lo trajese. Pobrecillo, se aburre tanto en casa...ustedes saben lo hostigosa que puede llegar a ser mi querida madre.- menciono en tono de broma

-Su alteza!.- chillo avergonzada y a la vez divertida la Viscondesa

-Pero es verdad, amiga mia. Vieras tu a la pobre Beatrice o al pobre Leo. Les ha tomado una mania!...Gracias a dios soy adulto, ya casado y no tengo que soportar las veinticuatro horas del dia sus desplantes.

Risas y silencio..

-Bueno...como decia, espero que no les moleste que haya traido a mi pequeño hermanito.

-Para nada, Bertie. Tu sabes que esta es vuestra casa y que toda vuestra familia es mas que bienvenida .

Tambaleante y casi a paso torpe, Arthur tomo la iniciativa antes de que su hermano mayor lo introdujese a Josephine.

-Miss Josephine....es un placer conocerla

-El placer es mio, su alteza.- contesto esta tambien sonrojada y temblando .

Si, temblaba como flan en una charola y la culpa de aquello lo tenian aquellos azules ojos "hannoverianos" que la observaban casi obsesivamente. Arthur no se media y no queria sacarle la mirada de encima. Ahora que la tenia frente a el despues de soñarla noche tras noche febrilmente...


A continuacion de una liviana y "nerviosa" cena, por parte de Mrs Amberson, Josie y Artie (los cuales no paraban de mirarse y dirigirse sonrisitas), los caballeros se retiraron al despacho dejando a Olivia y su hija frente a frente, tomando algo de mistela de cafe en la salita de estar.

-Que raro todo esto...

-Por que lo dices, querida?.- pregunto nerviosa la madre

-No se...lo siento..lo respiro...

La mujer se angustio y recordo las veces anteriores en que su hija le habia dicho algo parecido. Antes de la muerte de su madre en 1867, una pequeña Josephine desperto sobresaltada de noche gritando

-La abuela, la abuela, la abuela!!! Mamita! rezale a diosito para que no se lleve a la abuela...hoy no hoy no!!

Y en la mañana siguiente recibieron la noticia que Mrs Abbey habia fallecido...

Josephine tenia un sexto sentido bastante desarrollado y si sentia algo raro,era porque habia algo raro y oculto tras esa visita....


Por mientras en el despacho, los hombres se sentaron frente a la fogata a fumar puros y tomas algo de Scotch.

-Y bien...deja el misterio de lado y dime el motivo de esta visita inesperada.- pregunto riendo el visconde

-Y tu te crees que traigo motivos ocultos?

-Vamos, Bertie...Te conozco de pequeño.Anda..dime que deseas.

-Pues bueno...si estamos con esas...te lo dire.

Arthur temblaba mas que nunca y daba sorbitos pequeños una y otra vez a su vaso. Odiaba el Scotch pero necesitaba tener algo de alcohol en las venas para agarrar valor y superar la verguenza que le embargaba...

-Bien, Peyton, veras...Recuerdas aquel dia de campo hace un mes atras en Sandringham?

-Si si, claro!. Adorable dia de campo aquel...

-Pues bien, ese dia, asististe con tu familia y bueno, para no alargar esta historia, mi hermanito Artie ha quedado prendado de tu hija

El rostro de Mrs Amberson se ilumino por completo y miro con asombro a Bertie y luego a Arthur el cual lo observaba de reojo, deseando entre murmullos que se lo tragase la tierra.

-Hmm...con que esa....Y bueno, que pretende?

-Primero que nada conversar con ella.

-Concedido. Despùes de esta entrevista pueden conversar en la sala de estar.

-Muchas gracias, Visconde.- contesto emocionado el joven

-No hay de que. Bueno, Bertie...seamos sinceros...tu sabes que esto no puede llegar a mas que un flirteo adolescente...

-Peyton, amigo. Llegara hasta donde ellos quieran, salvo, por supuesto un matrimonio. Tu sabes, el protocolo y todo eso.

Claro que lo sabia, Peyton Amberson sabia que aquello era lo unico que frenaba a su familia para llegar al tope. Dio una larga aspirada a su habano y luego dijo:

-Que garantias le daran a mi niña?

Arthur no entendia bien a que se referia el visconde, pero su hermano mayor si. Este sonreia picaramente soltando el humo del puro

-No te preocupes por aquello, Peyton, que tu hija quedara asegurada 100%. Confia en mi, no quedara a la buena de dios...

Ambos sonrieron y luego entre risas y murmullos sellaron el trato. Artie se sentia fuera de lugar y extraño con todo esto, mas sabiendo como se darian las cosas.

-Y bueno, muchacho. Quieres ir a conversar con mi hija?

-Si si, por supuesto

Los caballeros se dirigieron donde estaban las damas y despues de una conversacion tonta y corta, el visconde se acerco a su mujer.

-Querida. Seras la chaperona de los chicos hoy.

-Que has hecho, Peyton?

-Nada, nada...solo asegurarle el porvenir a nuestra hija.

Le beso suavemente los frios labios a su esposa y con una sonrisa volvio a acercarse a Bertie el cual miraba complacido como el torpe de su hermano menor se dirigia a Josie. Resignada pero aun hirviendo de rabia por el actuar de su esposo, la viscondesa se dirigio hacia un sillon cercano a la sala de estar a observar a los dos muchachos los cuales conversaban y reian alegremente

-Y...cuenteme usted...cuantos años tiene?

-Quince años, Sire....y usted?

-Yo tengo diecinueve.

-Vaya.- suspiro la joven

-Que?.- pregunto riendo el principe

-Nada, es solo que lo considere mayor, Sire.

-A pues no. Es esta barba.- murmuro rascandose las mejillas.- Y digame...va a la escuela?

-No, Sire. Tengo un tutor para cada asignatura que vienen dia por medio

-Me parece, no hay nada mejor que un ser instruido. Y le gusta estudiar?

-Si, Sire. Mucho, en especial las matematicas

-Al igual que a mi.- contesto sonriendo y mordiendose las ganas de agarrarle las manos con pasion

Mrs Amberson desde una esquina observaba impavida aquello que ocurria frente a sus narices. Que pasaria si la niña se enamoraba de el? Sufriria de por vida, porque debido a su status social que, a pesar de ser elevado, no era digno de un principe. Y que si el principe tambien se enamoraba de ella? Pobrecillos, tendrian que renunciar a su amor o peor aun! vivirlo a la sombra de aquella temible mujer que era la Reina Victoria. Tendrian que llevar ambos vidas falsas para ocultar su amor. Que diablos habia hecho Peyton Amberson II!. Habia vendido a su hija sin importarle lo que aquello podria causar en ella!

Suspiro y siguio sorbiendo su mistela observando de reojo como su marido cuchicheaba con Bertie...

jueves, 5 de febrero de 2009

Chapter I : The Viscountess`s Darkest thoughts...

Octubre 12 1868

-Adelaide!!! Arregla a tu hija!. Tenemos visitas!

-De que hablas , Peyton?

-Que arregles a Josephine que tenemos ilustres visitas

-Como quienes?.- contesto altiva Mrs Olivia

-El principe de Gales....- susurro con la garganta apretada

La mujer palidecio...Si bien "Bertie" era un habitue de las tertulias de los Amberson, la mujer siempre se ponia nerviosa con los preparativos de la cena.

-Por que no me has avisado con mas tiempo!.

-Me ha llegado el mensaje hace menos de veinte minutos. Dice que solo viene a conversar...

-Pero habemos de tenerle algo preparado!

-Dile a Noelle (ama de llaves), que vea eso. Tu preocupate de Josephine

La mujer palidecio aun mas. El aviso a ultimo minuto y la urgencia de su esposo para arreglar a la niña le parecia raro.

-No...Albert Edward no le pondra las garras a mi niñita..no!!.- decia entre dientes caminando hacia el cuarto de la joven.

Abrio la puerta lentamente despues de preguntar si se podia. La niña leia un libro sentada en una silla mecedora.

-Que lees, amor?.- pregunto dulcemente

-"La dama de Wildfeld Hall". Es bastante entretenido

-Hmm...ya veo..

Camino lentamente por el cuarto y se dirigio al gran ropero que ocupaba gran parte del lugar.

-Que buscas, madre?

-Un vestido bonito para la cena...

-Y eso? Tenemos visitas?

-Pues si...el principe de Gales viene a viositar a tu padre

-Ah...el insufrible de Bertie.

La joven resoplo y volvio la mirada hacia la ventana. No le simpatizaba mucho aquel personaje, mas cuando estimaba tanto a su mujer, la princesa Alexandra, la cual soportaba estoicamente las escapaditas de su marido con cuanta tunanta con altas aspiraciones se le cruzase.

-Mas respeto con aquel hombre que algun dia sera nuestro Rey!

-Pues que se de a respetar! Las historias que se escuchan sobre el...

-Te he dicho que dejes de escuchar las conversaciones de los adultos!.- chillo escandalizada la madre.

Al rato mirando la sonrisa candida de su hija, se calmo. Ella tenia razon, Albert Edward era todo un personaje y ni a ella misma le agradaba. Solidarizaba con "Alix", pero aun asi lo trataba de forma bastante cordial.

-Mamita, no te preocupes. Sabes que se guardar la compostura...

-Gracias, amor...

La niña se acerco a ella y la abrazo. A pesar de sus quince años, demostraba una madurez ejemplar y extraordinaria la que a veces chocaba con la niña que llevaba dentro , la cual no queria desaparecer.

-Te gusta este vestido?.- pregunto al borde de las lagrimas

-Si, mami, me gusta.- contesto besandole suavemente la mejilla


La mujer se sentia morir. Tenia el pecho apretado pensando que planes tendria aquel pelafustan de Bertie con su pequeña y mas aun que su esposo no haria nada para impedirlo, es mas, le dejaria hacer y deshacer con su Josie....!

Peyton Amberson tenia una ambicion desmedida. Era un lamesuelas de la realeza, uno de los favoritos de la reina Victoria y gracias a su zalameria y lealtad a toda prueba, hacia conseguido para el y su mujer los titulos de Visconde y Viscondesa de Crowhurst.

La pareja era habitue de los bailes reales, se codeaban inclusive con la realeza del extranjero. El visconde solia cartearse con el Zar Alejandro II, la Reina Isabel de España y Franz Joseph de austria, entre otros. Eran sin duda una de las familias mas poderosas y renombradas del pais.

Olivia Amberson amaba a su marido y este le correspondia el amor con locura. Habian formado un bello hogar con tres hijos, la mayor de ellos Josie...la dulce Josie...la unica niña de la familia y en quien el padre ponia todas sus aspiraciones.

De recien nacida, Mrs Amberson sorprendio a su marido susurrarle a la pequeña..

-Tu, hija mia...tu cumpliras todas mis aspiraciones. Tu seras el sol, la luna y las estrellas de un Saxe Coburg. Le robaras la mente y la razon...si amor...eso seras tu....la musa de uno de ellos

Aquello la petrifico en ese momento y lo hacia aun mas al ver que aquel presagio estaba por concretarse. Trato de controlarse y le regalo una sonrisa a su niña

-Vamos...ven que te bañare y te dejare linda linda

-Por que tanta parsimonia, madre?.- pregunto entre risas

-Nada de parsimonia, amor. Solo quiero que mi niña este siempre hermosa

Y abrazadas caminaron juntas hacia el baño...


Las empleadas andaban de aqui para alla acarreadas a "punta de chicote" por Noelle la cual estaba con los pelos de punta por la inesperada visita. Por mientras, Mr Amberson leia tranquilo en su despacho el periodico. Mientras se enteraba de las noticias en los Estados Unidos, su mujer irrumpio sin anunciarse.

-Olivia! por dios! Quieres matarme de un ataque

-Dime que pretendes hacer con nuestra hija.

-Pero que dices!

-No te hagas el ofendido que te conozco..

El hombre se paro y camino hacia su mujer para tranquilizarla. Esta temblaba de pies a cabeza

-Libby...Libby...amor...Yo jamas le haria daño a nuestra pequeña

-Dime que no se la entregaras a Bertie.- susurro mirandolo a los ojos

-Que?!

-No quiero que nuestra hija se haga amante de aquel hombre!

El visconde rio y la estrecho contra si. Mrs Amberson no comprendia que ocurria

-Que pasa?

-Nada, nada amor...es que. Ya veras que no tiene nada que ver con Bertie...

-Te lo ha dicho?

-Pues no, pero lo conozco!. Amor. Anda..ve a perfurmarte que deben de estar por llegar

-"Deben"?. Viene Alix con el?

Solo se limito a cerrarle un ojo y acompañarla hacia la puerta. Esta , confundida subio hacia su dormitorio a terminar de retocarse el peinado y ponerse un poco de perfume. Habia dejado a Josie en su cuarto ya lista para las visitas y solo le bastaba bajar y sonreir.

Mientras terminaba de arreglarse las horquillas con la ayuda de una sirvienta sintio el ruido de coches acercarse. Temblorosa se acerco a la ventana y se puso a observar con curiosidad. Primero bajo Bertie y despues un elegante joven de grandes ojos claros.

-Arthur.- susurro apretando los visillos

Era Albert Edward y uno de sus hermanos, el principe Arthur. Ella conocia al joven y sabia de la buena madera con la que estaba hecho, pero aun asi, no pudo dejar de temblar al verlo.

-Le ocurre algo, Mrs Amberson?

-Yo...

-Esta palida...

La sirvienta rapidamente se acerco a la mujer para agarrarla al vuelo y esta aun agarrada del visillo no paraba de respirar rapido y rezar para que los sombrios presentimientos que inundaban su cabeza no se hicieran realidad...