viernes, 6 de febrero de 2009

Chapter II : Yes Sire, no Sire


Josephine se habia aburrido de esperar. Sola en su habitacion se habia dado miles de vueltas, sentado y vuelto a parar para mirar por la ventana. La idea de soportar al bueno para nada del principe de Gales no le hacia nada de gracia. Le costaba mucho no poner caras cuando este salia con sus bromas de mal gusto o se ponia a susurrar con su padre sobre sus ultimas conquistas. Ellos creian que nadie los escuchaba, pero Josie, con su afinado timpano lo captaba todo. Aquello le asqueaba, mas aun al saber a su esposa , Alexandra, una mujer bella y encantadora.

-Que puede ver ese mequetrefe en otras mujeres que su bella mujer no tenga!.- se decia furiosa a ella misma.

Empezaba a anochecer y los ojos de a poco se le comenzaban a cerrar. Al no sentir mas que el murmullo de la servidumbre abajo, decidio dormir una corta siesta. Con cuidado se recosto sobre la cama mirando como el cielo se oscurecia mas y mas...

-Josie..Josie...amor..despierta!

-Uh?

-Hija!, han llegado las visitas...

Abrio lentamente los ojos y vio el semblante casi transparente de su madre la cual la observaba con una mezcla de pavor y ternura. Le sonrio y se desperezo estirando los brazos para sacar la modorra

-No alcance a dormir nada...

-A ti nada mas se te ocurre dormir siesta cuando tenemos tan ilustres visitas...

-Viene Alix!.- pregunto feliz la niña

-No..- respondio con voz lugubre la mujer

Josie se paro lentamente y se acerco a su tocador para ordenarse los bucles. Su madre sentada en la cama la observaba fijamente retorciendo las manos

-Calma, madre que em comportare.- dijo riendo

-Si, lo se...

-Entonces? Por que tan nerviosa?

-Yo?

-Si tu. Madre...ocurre algo?

-Nada, nada...solamente que la presion ha estado algo traicionera hoy. Tu sabes, odio que me avisen sobre este tipo de cosas de un instante para el otro.

Sonrio nerviosamente y se dirigio a su hija para ayudarla en los ultimos detalles. Esta se perfumo con una fina esencia de lilas y en un impulso algo loco, se echo algo de pomada rojiza en los labios

-Como me veo?

-Preciosa...preciosa...Vamos.

La agarro fuerte de la mano y caminaron juntas por el oscuro pasillo que separaba el segundo piso de la escalera, escuchando los murmullos que provenian de abajo...





-Hasta que por fin se hacen presentes las bellezas de este hogar!.- bramo ya algo "entonado" el Visconde

Mrs Amberson solo sonrio nerviosa y apreto con mas fuerza la mano de su hija al darse cuenta que los ojos azules de Arthur centelleaban al verla

-Disculpen nuestra demora en bajar, pero ustedes saben, mujeres. Su alteza....- dijo con un gesto discreto y coqueto a Bertie el cual sonreia al ver a la joven mujer haciendole reverencias

-Viscondesa, no tiene de que excusarse. Si se tomaron tanto tiempo para verse asi de primorosas...- contesto galante besando la mano de la mujer

Josie miraba de lejos esto lidiando con sus ganas de hacer un gesto de asco . Arthur por su parte , nervioso, la miraba con las mejillas arreboladas. Saludo ceremoniosamente al principe de Gales, hasta que llego el turno del saludar a Arthur...

El encargado de hacer la presentacion fue Bertie

-Bueno!, yo venia solo de visita informal a ver a mis queridos amigos, pero el pequeño Arthur me ha rogado que lo trajese. Pobrecillo, se aburre tanto en casa...ustedes saben lo hostigosa que puede llegar a ser mi querida madre.- menciono en tono de broma

-Su alteza!.- chillo avergonzada y a la vez divertida la Viscondesa

-Pero es verdad, amiga mia. Vieras tu a la pobre Beatrice o al pobre Leo. Les ha tomado una mania!...Gracias a dios soy adulto, ya casado y no tengo que soportar las veinticuatro horas del dia sus desplantes.

Risas y silencio..

-Bueno...como decia, espero que no les moleste que haya traido a mi pequeño hermanito.

-Para nada, Bertie. Tu sabes que esta es vuestra casa y que toda vuestra familia es mas que bienvenida .

Tambaleante y casi a paso torpe, Arthur tomo la iniciativa antes de que su hermano mayor lo introdujese a Josephine.

-Miss Josephine....es un placer conocerla

-El placer es mio, su alteza.- contesto esta tambien sonrojada y temblando .

Si, temblaba como flan en una charola y la culpa de aquello lo tenian aquellos azules ojos "hannoverianos" que la observaban casi obsesivamente. Arthur no se media y no queria sacarle la mirada de encima. Ahora que la tenia frente a el despues de soñarla noche tras noche febrilmente...


A continuacion de una liviana y "nerviosa" cena, por parte de Mrs Amberson, Josie y Artie (los cuales no paraban de mirarse y dirigirse sonrisitas), los caballeros se retiraron al despacho dejando a Olivia y su hija frente a frente, tomando algo de mistela de cafe en la salita de estar.

-Que raro todo esto...

-Por que lo dices, querida?.- pregunto nerviosa la madre

-No se...lo siento..lo respiro...

La mujer se angustio y recordo las veces anteriores en que su hija le habia dicho algo parecido. Antes de la muerte de su madre en 1867, una pequeña Josephine desperto sobresaltada de noche gritando

-La abuela, la abuela, la abuela!!! Mamita! rezale a diosito para que no se lleve a la abuela...hoy no hoy no!!

Y en la mañana siguiente recibieron la noticia que Mrs Abbey habia fallecido...

Josephine tenia un sexto sentido bastante desarrollado y si sentia algo raro,era porque habia algo raro y oculto tras esa visita....


Por mientras en el despacho, los hombres se sentaron frente a la fogata a fumar puros y tomas algo de Scotch.

-Y bien...deja el misterio de lado y dime el motivo de esta visita inesperada.- pregunto riendo el visconde

-Y tu te crees que traigo motivos ocultos?

-Vamos, Bertie...Te conozco de pequeño.Anda..dime que deseas.

-Pues bueno...si estamos con esas...te lo dire.

Arthur temblaba mas que nunca y daba sorbitos pequeños una y otra vez a su vaso. Odiaba el Scotch pero necesitaba tener algo de alcohol en las venas para agarrar valor y superar la verguenza que le embargaba...

-Bien, Peyton, veras...Recuerdas aquel dia de campo hace un mes atras en Sandringham?

-Si si, claro!. Adorable dia de campo aquel...

-Pues bien, ese dia, asististe con tu familia y bueno, para no alargar esta historia, mi hermanito Artie ha quedado prendado de tu hija

El rostro de Mrs Amberson se ilumino por completo y miro con asombro a Bertie y luego a Arthur el cual lo observaba de reojo, deseando entre murmullos que se lo tragase la tierra.

-Hmm...con que esa....Y bueno, que pretende?

-Primero que nada conversar con ella.

-Concedido. Despùes de esta entrevista pueden conversar en la sala de estar.

-Muchas gracias, Visconde.- contesto emocionado el joven

-No hay de que. Bueno, Bertie...seamos sinceros...tu sabes que esto no puede llegar a mas que un flirteo adolescente...

-Peyton, amigo. Llegara hasta donde ellos quieran, salvo, por supuesto un matrimonio. Tu sabes, el protocolo y todo eso.

Claro que lo sabia, Peyton Amberson sabia que aquello era lo unico que frenaba a su familia para llegar al tope. Dio una larga aspirada a su habano y luego dijo:

-Que garantias le daran a mi niña?

Arthur no entendia bien a que se referia el visconde, pero su hermano mayor si. Este sonreia picaramente soltando el humo del puro

-No te preocupes por aquello, Peyton, que tu hija quedara asegurada 100%. Confia en mi, no quedara a la buena de dios...

Ambos sonrieron y luego entre risas y murmullos sellaron el trato. Artie se sentia fuera de lugar y extraño con todo esto, mas sabiendo como se darian las cosas.

-Y bueno, muchacho. Quieres ir a conversar con mi hija?

-Si si, por supuesto

Los caballeros se dirigieron donde estaban las damas y despues de una conversacion tonta y corta, el visconde se acerco a su mujer.

-Querida. Seras la chaperona de los chicos hoy.

-Que has hecho, Peyton?

-Nada, nada...solo asegurarle el porvenir a nuestra hija.

Le beso suavemente los frios labios a su esposa y con una sonrisa volvio a acercarse a Bertie el cual miraba complacido como el torpe de su hermano menor se dirigia a Josie. Resignada pero aun hirviendo de rabia por el actuar de su esposo, la viscondesa se dirigio hacia un sillon cercano a la sala de estar a observar a los dos muchachos los cuales conversaban y reian alegremente

-Y...cuenteme usted...cuantos años tiene?

-Quince años, Sire....y usted?

-Yo tengo diecinueve.

-Vaya.- suspiro la joven

-Que?.- pregunto riendo el principe

-Nada, es solo que lo considere mayor, Sire.

-A pues no. Es esta barba.- murmuro rascandose las mejillas.- Y digame...va a la escuela?

-No, Sire. Tengo un tutor para cada asignatura que vienen dia por medio

-Me parece, no hay nada mejor que un ser instruido. Y le gusta estudiar?

-Si, Sire. Mucho, en especial las matematicas

-Al igual que a mi.- contesto sonriendo y mordiendose las ganas de agarrarle las manos con pasion

Mrs Amberson desde una esquina observaba impavida aquello que ocurria frente a sus narices. Que pasaria si la niña se enamoraba de el? Sufriria de por vida, porque debido a su status social que, a pesar de ser elevado, no era digno de un principe. Y que si el principe tambien se enamoraba de ella? Pobrecillos, tendrian que renunciar a su amor o peor aun! vivirlo a la sombra de aquella temible mujer que era la Reina Victoria. Tendrian que llevar ambos vidas falsas para ocultar su amor. Que diablos habia hecho Peyton Amberson II!. Habia vendido a su hija sin importarle lo que aquello podria causar en ella!

Suspiro y siguio sorbiendo su mistela observando de reojo como su marido cuchicheaba con Bertie...

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