martes, 17 de febrero de 2009

Chapter III : Falling to the Abyss...

Josephine se sentia confundida con todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor . Las visitas periodicas de Arthur no solo la alegraban, sino que la llenaban de un extraño regocijo que jamas habia sentido en su vida. "Un extraño calor en medio del pecho" , escribio en su diario despues de la segunda visita del joven al dia siguiente en el que se conocieron.

El visconde estaba feliz por el desarrollo de los acontecimientos, mientras que su mujer tenia un oscuro presentimiento.

-No se que tantos problemas te hacer, mujer!. Son un par de niños, no haran nada.

-Lo se, confio en mi hija y tambien, aunque me cueste en ti, que no dejaras que esto vaya a mas. Pero aun asi...no se, esto no me gusta.

Misma cosa sentia a ratos Josephine, pero guardaba silencio, puesto a que eran lapsus tan cortos y pequeños, comparados con la alegria que las miradas, sonrisas y palabras que Artie le daban, que no habia caso darle vueltas.

Diariamente, el joven enamorado frecuentaba la mansion Amberson. Los dias no existian hasta que llegaba a la puerta y veia a la joven que le robaba el sueño frente a el. Primero pasaban a la sala de estar a conversar, comer galletitas y tomar un te. Hablaban de trivialidades, reian como tontos y luego se miraban seriamente, mientras recobraban la compostura. A veces pasaban al estudio del visconde a jugar cartas o cuando el tiempo estaba mejor, jugaban criquet en el jardin. Fue un dia soleado de Marzo , mes y medio despues del primer encuentro, cuando detras de un nogal del jardin, el la beso timidamente.

Josie dio un respingo y asusto al sentir aquellos temblorosos labios rozando los suyos, pero al instante se entrego por completo abriendo instintivamente la boca para sellarla definitivamente con la de Arthur.

Mr Amberson, quien hacia de chaperon en ese entonces, observo la escena de lejos haciendo salud en el aire y dando gracias a dios con una enorme sonrisa en el rostro por lo que estaba ocurriendo.

Principios de Abril. Ya los jovenes tenian una relacion sentimental. Arthur hablaba con mucha emocion de su "novia" a sus hermanos. Alfred apenas lo escuchaba, Leopold era demasiado pequeño para entender (pese a que tenia la misma edad que Josie), y Edward solo trataba de sonsacarlo con ideas audaces.

-Y...le has tocado las pantorrillas?

-Pero de que hablas!. No! jamas haria eso con ella , porque...

-Claro. Se que eres un caballero y ella una dama, pero dime y respondeme con la mano en el corazon...has sentido las ganas de hacerlo?

Temblo y corrio la mirada con las mejillas entintadas en rojo furioso. Claro, habia sentido las ganas, cuando sentia su perfume en el aire, cuando su lengua entraba timidamente en la boca de Josie, cuando se miraban a los ojos...cuando la oia suspirar. Claro que tenia ganas de tocarle las pantorrillas, las rodillas, los muslos y mas alla. Era hombre, joven y con sangre tibia corriendo por las venas.


Bertie sin que su hermano le respondiese, adivino la respuesta y le confidencio.

-Hablare con Peyton mañana.

-Sobre que?.- pregunto asustado

-Ya veras. Hermanito, se como te sientes y se que no aceptarias mi proposicion de sacarte aquellos pensamientos de la mente con una de mis "conocidas". Anda, confia en mi que te ayudare...

No supo que responder, pues moria de verguenza y sentimientos de culpa por su suplica silente. Aquella noche se acosto despues de una fria ducha para congelar aquellos tibios pensamientos que hace un rato ya rondaban su cabeza, pero le fue inutil. Ya en la cama, se dio mil vueltas apretando los ojos y tratando de imaginar las cosas mas terribles del mundo, pero fue todo en vano. Soño con Josie, que danzaba y contorneaba a su alrededor con una transparente bata de gasa blanca...


A la mañana siguiente, despues de finiquitar un par de citas, Edward Albert se dirigio a la residencia Amberson . Lo recibio diligente el visconde el cual inmediatamente lo hizo pasar a su despacho

-Que Libby no te vea...

-Y eso? Ya ha caido en cuenta que soy la encarnacion del demonio?.- respondio sarcastico

-No...no es eso . Es que tu sabes como son las mujeres, jura y rejura que me llevaras por el mal camino!

-Jajajaja!. Si supiese que he tratado en vano!. Pero bueno, no le demos largas al asunto que he venido por un motivo puntual y especial

Mr Amberson se dio vuelta lentamente mientras llenaba la copa de licor, lo observo serio y al volver a darle la espalda sonrio. Sabia lo que vendria...

-Dime...soy todo oidos.- contesto mientras le alargaba el vaso y se sentaba en un sillon cercano

-Es sobre los chicos..Bueno...ya llevan "algo" de tiempo frecuentandose. Arthur la adora...no! que la adora, AMA a Josephine, y de seguro, por lo que he visto, tu hija tambien

-Pues si. Se le nota en los ojitos. Vieses como se emociona al verlo llegar

-Si , si lo se. Por eso, te pido que le des "concesiones especiales" a mi hermanito

-Como?.- pregunto haciendose el tonto

-Vamos! no te hagas el del campo, que sabes perfectamente a lo que me refiero.

Hubo un silencio corto antes de que el hombre respondiese

-Y que garantias tendria yo?

-Garantias de que?

-Sobre mi hija. Tu sabes que esa clase de jueguitos suelen a veces, tener consecuencias.

-Ah! si es por eso, no te preocupes. Hablare con Arthur y el sabra que hacer y no hacer para evitar ese tipo de "problemitas".

-Ya...y que si le llegase a ocurrir algo a mi niña. Por dios, Bertie! estamos hablando de algo serio!. Arthur, si es que llega a pasar lo inesperado, no se casara con ella, no?

-Bien sabes que no, pero bueno, arreglariamos el improvisto al instante, y , por supuesto, la familia seria indemnizada por cualquier daño efectuado. Claro, suena grave e incluso tenebroso, pero se que no ocurrira, asi que, amigo....respire hondo que no hay motivo para preocuparse.

Sono convincente y seguro. Aun asi, el visconde no escucho aquel discurso ya que sabia de antemano su respuesta. Se paro lentamente y se dirigio hacia la apagada chimenea. Se apoyo en ella y observo el retrato de su hija que colgaba en la pared. La adoraba con toda su alma, y por eso, para asegurarle un futuro esplendoroso y por supuesto, para velar por los intereses de la familia, respondio:

-Dile al chico que puede venir a quedarse el fin de semana antes de partir a la academia. Yo hare lo necesario para que el asunto "fluya"

Bertie sonrio complacido y despues de unos tragos y conversaciones sobre actualidad, corrio a contarle las buenas nuevas a su hermano.

Al dia siguiente, con una pequeña maleta, llego el joven temblando de nervios por no saber como actuar. Mr Amberson al recibirlo, le dio algo de "turbio valor" para que se relajase.

-Se que entraras a la academia en un par de dias. Toma, para los nervios.

-Muchas gracias, visconde.

-Josephine ya baja. Anda, toma tu licor...

Sorbio compulsivamente hasta que el liquido se esfumo del vaso. Bajo Josehine con un hermoso vestido rosa e hicieron lo mismo que llevaban haciendo por algun tiempo. Conversar, jugar algun juego de mesa y luego, mientras el visconde distraia a su mujer, los jovenes se iban a un lugar apartado y solitario a besarse. Aquel dia aquello se repitio mas de lo normal, Arthur, y tambien Josie estaban sobreexcitados.


La viscondesa estaba tambien sobreexcitada, pero por motivos diferentes, Tenia el corazon apretado y le costaba mucho respirar. Ella sabia que no era buena idea invitar al principe a pasar el fin de semana...

-Olivia..ven..mirame..Yo velare por que nada ocurra. Vamos!. Tu sabes el viaje que hace el chico este de londres hasta aca para ver a Josie y sumale a eso que entrara a la academia militar y no la vera por un buen tiempo.

-Si, lo se, pero comprendeme tu, Peyton. Ya no son unos niños y...

-Son unos niños! por dios!. Libby...amor...yo sere su chaperon. Tu, recuestate. Mandare a Nan con una manzanilla para que te relajes.

-No..no podre...no..

Fue en vano. El visconde la condujo hacia el dormitorio casi a rastras y la retuvo ahi, no sin antes pedirle a la criada que en la manzanilla echase unas cuantas gotas de passiflora para knockear a su mujer hasta el dia siguiente.

Por mientras los jovenes, en la oscuridad del jardin, se besaban y apretaban de forma desesperada. Al igual que su pretendiente, Josephine, en el transcurso de la relacion, habia descubierto mil y una sensaciones nuevas, la mas fuerte y abrumante de todas era el remolino que le causaban en el vientre los besos y caricias de Arthur. Asustada, mas no amilanada por aquellas fuertes y abrasantes palpitaciones, se dejaba amar, mansa y complaciente.

-Arthur...vamos..Es hora de dormir.

-No, Josie. Quedemonos aqui un rato mas.

-No..no...por favor, dejame ir.

Se paro rapidamente del regazo del joven y se apoyo contra el aspero tronco tratando de normalizar su respiracion. El principe , tembloroso se puso de pie y camino hacia ella. Le tomo delicadamente los brazos

-Por que tiemblas asi?.- pregunto la chica

Temblaba asi por la pasion que lo embargaba. Estaba a punto de explotar. Quizo decir algo, pero en vez de aquello, solo suspiro y murmuro

-Vamos, que tu padre debe de estar preocupado.


De la mano se dirigieron a la casa y al entrar , se dieron las buenas noches. Josephine subio corriendo las escaleras y Arthur quedo abatido, aun con el cuerpo a fuego vivo, transpirando copiosamente y observando su alrededor con la mirada febril.

-Espero que tu hermano te haya aconsejado bien. No quiero dramas. Anda, toma...algo mas de esto no te hara mal

Otra copa de licor. Esta vez se la tomo al seco y exigio una segunda. El visconde sonrio y se la sirvio al tope.

-"Vaya, este chico esta que colapsa de nervios. Como se le nota que es un candido debutante".- penso bebiendo algo de scotch.

-Ya, chico. Ire a dormir. Sientete en tu casa.

-Muchas gracias, Visconde.

Y quedo solo iluminado con una tenue luz de vela. Agarro valor y se dirigio a su dormitorio para desnudarse. Sobre el solo se puso un sencillo camison el que le molestaba se sobremanera por el calor que sentia. Se sento a los pies de la cama y observo a la luna que estaba mas grande que nunca. Apreto las cubres, dio vueltas desesperado por la habitacion y a eso de las once de la noche, se dirigio al dormitorio de Josephine. Golpeo suavemente y al instante su llamado fue atendido

-Si? pase...

Abrio suavemente y la vio tambien en camison, retorciendo los vuelos de la pechera.

-Yo...no puedo dormir

-Yo tampoco he podido. Me siento rara...

-Que sientes?

-Siento que.... voy a caer a un precipicio sin fin...

Quedaron el uno frente al otro observando nerviosamente a los ojos. Ambos tenian las pupilas dilatadas y transpiraban muchisimo a pesar de que hacia un frio que colaba los huesos. Arthur tomo la iniciativa, se acerco a su amada y la apreto contra si antes de recorrer su rostro con la nariz para llegar al cuello. Ya ahi, comenzo a besarlo con ardor. Josie sentia que tambaleaba en el borde del risco, afirmada solo por una fuerza invisible que la retenia flotando arriba de la nada. A pasos cortos la acerco a la cama y ahi cayeron rebotando cual pelota, causando la risa de ambos.

-Yo te amo, te amo Josephine Amberson...desde el primer momento en que te vi.- dijo apasionado besando los labios de la joven. Esta no respondio, solo se dejo amar. El, desesperado y con la mano temblorosa, por fin, despues de tiempo deseandolo, acaricio aquellas pantorrillas , agarrandolas fuerte y enterrandole las uñas. Las caricias fueron subiendo , tanto de altura, como de tono. Su mano se encontraba cerrada y pegada a la entrepierna de Josie.

Esta, aun siendo besada, abrio los ojos de par en par y gimio suavemente, parte por el susto y parte por la sensacion que aquello le causaba.

-Esto..esta mal.- alcanzo a decir jadeando

El no respondio. Solo paro de besarla y la observo con ternura.

-Nunca haria nada que te hiciese daño. Yo solo quiero amarte...

Mientras mencionaba esas palabras, su mano que antes acariciaba suavemente el sexo de la joven, ahora se dirigia hacia arriba, rozando los dedos en el vientre y subiendo para tantear aquellos redondos pechos. Para poder amarla mejor, subio el camison hasta el cuello y observo embelesado sus formas, rozando, apretando y deleitandose con la vision de Josephine retorciendose de placer.


Ella no tenia idea que estaba ocurriendo. Le parecia extraño, le daba miedo, pero le encantaba lo que aquellas caricias y miradas penetrantes hacian en ella. Su razon decia que no, que parase, mas todo su cuerpo y ansias rogaban para que continuase y no parase jamas. Entonces, cuanto ya pensaba perder la razon, las caricias cesaron. Artie quedo fijo observandola de rodillas sobre la cama...ya habia llegado la hora...

Suavemente se recosto sobre el cuerpo de la muchacha, abriendole delicadamente las piernas y levanto su camison a la altura del pecho para sentir el de Josie, palpitante y caliente contra el suyo. La beso suavemente, subiendo la intensidad a ratos y luego, bajo la mano para guiar su sexo al de ella.

-Q..que haces?

-Tienes miedo?.- pregunto

-Tiemblo....y tu?

-Mas que nunca. No temas, que no te hare daño....yo..

Empujo suavemente la cadera hacia adelante, causando un dolor punzante en su novia, el que la hizo chillar con ganas.

-Disculpa, disculpa!.- musito asustado

Ella no respondio. Se sentia partida por dos, quieta y raramente deseosa de mas. No entendia que diablos estaba ocurriendo, todo era muy confuso, pero , a pesar del dolor que palpitaba fuerte, se sentia bien. Arthur volvio a empujar , pues estaba a medio camino y deseoso de consumar por completo el acto. El dolor...aquel dolor...la tenia muda, solo emitiendo gemidos suaves que volvian aun mas loco a su acompañante. Este se apretaba contra ella y le acariciaba el rostro dulcemente, como fianza por lo que ella estaba pasando. Un empujon firme y fuerte y se vio completo dentro de ella. Quedo quieto disfrutando de la sensacion y comprobando con sus propios ojos que no solo el se encontraba en extasis y anhelante de mas...

Y entonces comenzo el vaiven suave , pues aunque sabia que ella estaba sintiendo el mismo placer que el, tambien tenia consciencia de que aquel extasis venia acompañado de un agudo dolor, el dolor de ser desgarrada por dentro , el dolor que le abria todo un mundo de placeres a la mujer.

Josephine con cada movimiento, con cara mirada fija, con cada beso, con cada gemido de el, sentia que caia. Era una sensacion abrumadora, nueva y desquiciante. Rasguñaba desesperada la espalda de Arthur, movia la cabeza de un lado hacia el otro, abrazaba con sus piernas la cintura ondulante y se mordia los labios para no emitir ningun sonido agudo que despertase a sus padres. Deseaba con toda sus ansias gritar y perder el control pero se controlaba, pues sabia que lo que estaba siendo, fuese lo que fuese, no era bueno. Ninguna cosa buena causaria aquellas sensaciones en una dama!

Los movimientos de Artie, respondiendo a las demostraciones de gozo de Josie, se hacian cada vez mas rapidos. Trato de recordar los consejos que Bertie le habia dicho, pero todos estaban confusos en su mente que se derretia por las abrumantes sensaciones. Sentia todo su cuerpo palpitar,en especial su sexo que parecia querer explorar. Se observaron fijamente a los ojos, ambos retorciendose como peces fuera del agua y al instante, la primera el ceder fue Josie. Cayo al precipicio, sin piedad-...Tuvo la mas exquisita y tibia sensacion en su intimidad, la que se esparcio hasta el ultimo rincon de su cuerpo. Perdio la razon y al recobrarla se encontro con el cuerpo arqueado, apretada a Arthur el cual aun se movia con desesperacion pues el estaba ya a punto de alcanzarla en la caida. Exploto, sellando rapidamente su boca con la de ella para acallar el quejido animal que se le escapaba desde las entrañas.

Terminaron botados en la cama, empapados en sudor , apretados y aun unidos, atontados por aquella sensacion nueva y apabullante

-Que fue eso?

-Fue saltar alto y tocar el cielo. Pense que no seria posible, pero lo hice, lo hice...- musito con la voz temblorosa el principe.

A eso de la medianoche, decidieron separarse y fue entonces que vieron la magnitud del acto. Las cubres estaban teñidas en rojo furioso y del sexo de Josie salia un fuerte flujo sanguinolento

-Que me ocurre?!.- pregunto horrorizada con las manos manchadas

-Nada...nada..shsst...ven...te llevo al baño. Ponte esto por mientras.- dijo acercandole un pedazo de tela y tratando de no entrar en panico. Bertie no le habia dicho nada sobre esto.

La joven se lo puso entre las piernas apretandolas fuerte y el la tomo en brazos para llevarla al lavabo. Ahi le limpio dulcemente todo resto de la copula, luego procedio a lavarse y la volvio a dejar en la cama.

-Hablare con Nan en la mañana para que cambie las cubres.- dijo avergonzada

-Esta bien, sera mejor asi, ya que si tus padres ven la mancha...

-No, ellos no la veran y no sabran nada de esto...

Sus labios palpitaban con cada palabra que emitia.En un arranque pasional, se acerco a ella y la beso furiosamente por ultima vez.

-Jamas olvidare esta noche.- susurro emocionado

-Yo tampoco, jamas.-contesto acariciandole el rostro

Entonces ambos durmieron profundamente en sus respectivos dormitorios, como hace tiempo no lo hacian y soñaron con aquella vertiginosa pero agradable caida en espiral al vacio...

Al otro dia todo les parecio mas luminoso, los frios dias, aun mas calurosos y en sus mejillas, el tinte de la satisfaccion tatuado.

-Que le ocurre a Josie.- pregunto la viscondesa mientras la miraba jugar criquet con Arthur

-Nada, es solo que esta enamorada...no ves?

-Si, pero...no se...Los vigilaste anoche?

-Claro!. Le di un par de copas al muchacho y Josie se encerro en su cuarto. Todo normal, no te preocupes.

Le sonrio y volvio a fijar sus ojos en la pareja. Habia mentido descaradamente pues el sabia lo que habia ocurrido aquella noche. Y no solo habria de ser testigo indirecto y alcahueta de ese encuentro, sino a todos los que siguieron despues, antes de la partida de Arthur, pues, al haber descubierto tan magnifico placer, ambos perdieron la compostura, razon y se entregaron a la lujuria.


Tarde se darian cuenta de que estaban jugando con fuego...tarde, cuando se diesen cuenta de que tenian quemado hasta los hombros...

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